Cómo Empezó Todo
Todo comenzó en una pequeña oficina de Chamberí en 2018. Yo había visto demasiadas empresas familiares cerrar por problemas que tenían solución. Era frustrante.
Mi primera cliente fue una panadería que llevaba cuatro generaciones funcionando. Los números no cuadraban, pero el problema real estaba en cómo gestionaban el flujo de caja. En tres meses, habían recuperado la estabilidad.
Esa experiencia me enseñó algo importante: la mayoría de crisis financieras no son por falta de ingresos, sino por falta de estrategia. Y desde entonces, esa ha sido nuestra filosofía.